Te leí...
Por primera vez, creo, que te leí acertadamente.
¡Cuánto tiempo se llevó darme cuenta!
¿Renació? ¡para nada!, todo es gris.
Y a la vez, claro es.
Este llanto no es tristeza,
es cansancio, por beber
en tu adusto manantial.
Donde sólo hallé
languidez sentimental.