Busco la calma
que el alma necesita
y no la encuentro.
Miro a lo lejos
y veo al horizonte
besar el cielo.
Algo más cerca
me miro en el espejo
sin ver mi imagen.
Pasan las horas,
los días languidecen
y entran las noches.
Ante mis ojos
se extiende la tristeza
como una niebla.
Bruma en los ojos
que avanza por el alma
y todo el cuerpo.
Busco en la noche
la luz de las estrellas
y está nublado.
Busco a la luna,
preciso su sonrisa
pero no está.
Me quedo solo
contando los latidos
mientras se apagan.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/11/22