El rosado atardecer enciende memorias
Se agranda mi pecho con cada suspiro, casi un pozo casi un vacío
La luz asomada entre nubes, disparadas como lasers
Difuminada la voz y la piel de aquel hombre, su mano enredada y el cabello disparatado
Los charcos como espejos, reflejando la ilusión de ser lo mismo que aquel atardecer
Las palabras al oído y las huellas de arrebatados besos perfumados de deseo
Nostalgia crepúscular escurrida y cansada
Y aquí estas, como sombra, en mis recuerdos