Adoro tu voz temblorosa cuando me dices:
mi dorso será tu paz
-tu sonrisa será mi aliento-
cuando te vea al despertar
luego de haber llegado juntos al firmamento
oh Reina de la ternura
me beberé tu estremecimiento
hasta que me colme de ti
y flote contigo hasta el cenit
de nuestra embriaguez que roza el cielo
si tras la claridad del día
abandonas el refugio de mis sábanas
me susurras dulcemente al oído:
tengo de ti tus líneas
adheridas a mi piel
que sólo de pensarlas
me provocan inmenso placer
mujer tu cuerpo es mi embeleso
y soy el pintor del lienzo dérmico
que envuelve tu calor
y mis trazos erizan tu sensibilidad
-sublime efervescencia-
tu fuego consume mi universo
circundándolo de indómita pasión
y tu voz queda me revela
la consumación de nuestro encuentro
cuando te oigo decir:
fundidas quedaron
tus caricias en mi piel,
-saciada me dejaste
cuando el sol nos quiso ver-
deseaba que la noche fuese eterna
pero de este sueño desperté
ay soberana de mis quimeras
qué más puedo pedir en esta suerte
incierta de flores y aves
-desconcierto hierático-
al menos puedo visitarte
en tus nocturnas alucinaciones
Eduh & Naikar