Carlos Justino Caballero

INVIERNO

El invierno llegó con su fría crudeza,

con más crudeza que otros años,

pero siento que el frío no me quita

el deseo de exponerme a su rigor.

 

Están allí las ramas que parece

sólo están para que el pájaro se apoye

y que en ella cante por costumbre

o tal vez diciendo lo que no llego a entender.

No entiendo, pero es muy placentero,

como lo es poder ver entre las ramas

ese cielo que antes no veía

y que hoy ni esconden a ese pájaro

ni impiden que me toque el sol.

 

Es invierno y lo siento en mis espaldas

aun abrigadas por mi poncho,

porque hay otro frío acompañando

a este invierno que a la rama ha desnudado.

 

Y así como puedo ver al pájaro y al cielo

tras las ramas que han perdido sus hojas,

puedo advertir también por lo vivido

armónicos sonidos y brillos singulares

que solían ser por mí ignorados

en la vorágine de todos los veranos

tan llenos de hojas y tan en sombras.

Hoy veo a las ramas y parece que están sólo

para que el pájaro se apoye… Pero sé que no.

 

De mi libro “De esas letras pendientes”. 2018 ISBN 978-987-763-836-3