Voy tambaleando aprendiendo a caminar recto,
Piso agujas conocidas por mis pies,
Conozco el sabor del dolor que uno siente al caer a pesar de fijarse bien,
Me balanceo sola, no le temo a morir,
Si pudiera solo pedir mi salvación, nadie vendría por mí,
Así que camino pisando fuerte hasta que mis pies sangren, no te miento, casi no duele,
Todos miran algo, todos van apuntado con el dedo,
algunos con pena, otros con maldad, pero me ven,
no entenderías el dolor que siento, no puedes opinar sobre mí,
esto duele, esto quema, esto va apoderándose de mí,
saludo muy atenta pasando sobre el mismo clavel una y otra vez,
Tengo el corazón tan acongojado de la miseria reflejada en lo poco cristalino de mis ojos,
No chilles, no sientas pena, no te corresponde sentir nada,
No puedes sentir lastima sobre mi cuerpo, si mi boca pecadora me a azotado hasta que pida clemencia mi alma por dentro,
Se que buscas herirme, pero todo el dolor que puedes causarme ya lo sentí hervir, sentí como quemo y reventó alguna de mis venas,
Me vi obligada a suturar mis heridas para comenzar de nuevo,
Como puedes llegar a sentirte tu mal por lo que me arde por dentro.