julian delgado

ANTE LA LOCURA, UNA MIRADA NO CUESTA NADA

mil arlequines bailan a pro del viento

disimulando sonrisas cautivas, que dolor mas incierto

navegantes sumisos de la hipocrecia

sustancia divinas recorren mi mente que pericia

 

adoran al ser que dio la luz

recuerdo fielmente que la palabra nunca cedio

una justa cuenta ante la benevola situacion

que puedo pedir si lo justo es injusto que gran plenitud

 

locura de miradas

divinas y alborotadas

despojadas de todo ser

llena de odio y de placer

 

sonrio y admiro

sonrio y admiro

sonrio y admiro

sonrio y admiro

la cuenta hacia atras que dejo el adivino

dando brinquitos como aquel jovencito

que eludio la muerte para ser el payaso divino

y acatar las deudas de la vida como justo pueblerino

 

cautivo y bandido

complaciente ante el dente

para que no me miren como un demente

ante la locura, una mirada no cuesta nada

y ante la cordura mil palabras son la fiel obra

alborotada y hasta si cautivada

idolatrada

que estupidez mas mundana

 

la gravedad del asunto se inicia desde la partida

de un peon hacia la torre dejando a la reina viva

gambito de dama una jugada plenaria

que elocuente puede ser aquel que vive en la suerte de la plegaria

 

como dice aquel dicho donde lo dicho deja por dicho

la locura no es la misma si dejas que se sienta en tu borde

llenando un vacio y cantando al pie del acorde

una y mil melodias donde la cancion recita

que pienas, que miras, que sientes mi querido cenobita.

 

fin