Preludios,
Preludios Opacos,
iluminan levemente
Aquella Luz alterada
que Ciega mis Ojos…
Recuerdan Insolentes
La dúctil línea de Matisse…
El pentagrama inconcluso
del Requiem de Amadeus…
El atajo Quebrado de un Tronco amarrado
Al temblor de mi Pluma...
Las Alas recortadas del Destino,
cifran las Piedras Rugosas del empedrado...
Y aquel Vapor de Furia que sentís...
Musas de Arena Sucia...
Reversos de Abismos
que no escuchan la Noche,
Y que por Siglos
Crucifican los Bronces
De aquella Almena Arcaica
Cargada de esa Carreta de un Adiós que sufre...
Siglos de Herrumbre y Oxidados Hierros
La destruyeron,
La tiraron Abajo,
al Sub-Mundo de los Injustos...
La Deshicieron…
Sin fingir, caen mis máscaras...
Busco ya la Otredad que es mi Sombra,
Me refleje…
Que Funda el Hierro
de mis heráldicos Escudos.
Y que borren ya mi Firmamento
tan Viejo y Oscuro…
Que desheche ya
Los Espasmos que Hierven…
Y esos Pilares de Tierra reseca...
que se Desmembran
Cada vez en miles de Versos…
Que jamás escribí…
que fueron quemados…
Que jamás existieron…
Que ya han sido…
(Y que por hoy,
entre la sibilante lluvia
que cae sin Permiso,
ya se convierten en
Mutismo y Sorda Soledad)…
(Patricia)