Que las emociones son nuestras, no lo sé. La noche se hace inmensa hoy, quizá más que nunca. Una vez más no quiero verso ni prosa, solo contarte como tantas veces lo que me pasa. He notado que los días pasan pero como resta y no como suma, siento que lo pierdo y no que lo ganó. Que las noches perfectas ya no existen, que la imagen de la memoria cada día parece más borrosa. Y es verdad que cada día pienso un poco más en vos. Renacer y no morir son cosas diferentes.
Reencontrarte siempre ha sido una manera de reencontrarme, las ilusiones y las verdades nunca fueron tan amigas. Sin embargo y sin saberlo elijo arriesgar una respuesta como si fuera una plegaria. Hoy una vez más me dejo seducir por la copa que se detiene ante mi. Pero con la extraña sensación de saber esta vez y como pocas lo que estoy a punto de beber.
Un día más quizá, un día menos. La noche se hace más largas y los días mas cortos. El pálido color del otoño con sus grises y la mirada pausada del tiempo que no sabe descansar.
La mañana fría, el rocío de la noche, el frío que el viento sopla y entumece las mejillas. La música en las mañanas, el aroma del café, el sabor del mate en las tardes grises. Inevitablemente todo me lleva a vos. A la imagen perfecta de verte entrar a mi casa, a las tardes tranquilas dónde rozaban mis manos tus dedos fríos, Cuando en la noche el vapor de tu boca salía tiritando mientras se mezclaba con el humo del cigarrillo. El aroma de tu perfume que hasta el día de hoy cuando lo siento me viene tu recuerdo a mi mente.
Me dijiste que nunca supe disimular que te quería. Yo, en cambio pensé que lo hacía bien. Sigo pensando que fuiste de lo que más quise y quiero en este mundo. Que si, te quería para mí. Porque siempre me dije que podía hacerte bien. Que podía darte todo lo que te merecías. Siempre me pareciste un ser maravilloso. Hoy ya pasaron más de 24 años. Quizá festejemos las bodas de plata de nuestra amistad. Aunque no sin confesarte que este tiempo donde dejamos de hablar se hizo largo, sombrío quizá. Y nunca te dije nada de lo que sentía porque me parecía una locura. Vos siempre tan bonita, tan radiante, tan bella. Cómo ibas a fijarte en mi jajaj. Pero acá estoy, con la ganas de poder darte un abrazo eterno. De decirte que sigo siendo el mismo, un poco mas cansado quizá y más viejo. Pero aún te sigo queriendo. Y no sé que te estará pasando,solo espero que estés bien. Por mi parte aún sigo esperando el calor de diciembre, en este abril que frio, deshojado y gris sigue siendo todo nuestro.