Tengo que ir tranquilo.
Tengo que calmarme.
El único que me persigue
soy yo
y nunca lograré
alcanzarme.
Tengo que ir tranquilo,
tengo que orientarme.
Si voy en contra del sol
mi mala sombra
irá por delante.
Tengo que ir tranquilo.
Tengo que calmarme.
También tengo que evitar
la tentación de pararme.
Si lo hago me alcanzaré
y no sé si llegaré a gustarme.
Tengo que ir tranquilo,
tengo que centrarme.
Si corro hacia todos los lados
no llego a ninguna parte,
pero si me quedo quieto
ninguna parte puede acercase.