EHUR OHR

Has llegado ya...

Medio centenar de agostos…

cruzando por el índigo astral,

buscando el tesoro del amor.

 

Sobrevolando cielos purpuras…

y paraísos despejados,

a veces cubiertos de escarcha centellante …

de un dorado matiz.

 

Atravesando la escarlata experiencia del atardecer…

fundida con la vehemencia del astro rey…

en contradicción con el crepúsculo áureo…

que cada jornada se resiste a morir.

 

Descansando la mirada sobre aquel ocaso colosal…

(desde el muelle de pelicanos joviales),

me pongo a soñar despierto…

en tu cautivante existencia…seguramente prudente,

en algún lejano lugar.

 

Voy viajando una y otra vez…por la certeza de mi ensueño,

(alzando el vuelo a lo sempiterno de la obsesión),

persistiendo en el sentimiento de encontrar el motivo…

que me devuelva la complacencia de sonreír.

 

Escudriñando en el extremo más remoto de la casualidad.

 

Recorriendo el laberinto inescrutable de la coincidencia.

 

Apostándole a la ruleta de la eventualidad.

 

Implorando la fortuna de tropezar...en el mismo sitio,

a la misma hora…

con extraordinaria puntualidad,

con la perfección del equilibrio universal.

 

Sé que existes…dulcísima mujer…

diva de miel…

de exuberantes virtudes…

y de ojos profundos como el abismo del mar.

 

No tengo duda de que has llegado ya,

de que habitas quizá…en algún distante país…

o muy cerquita de aquí,

a lo mejor en esa mágica aldea de la provincia…

o en otro continente…a cinco océanos de mi soledad…

quizá a miles de kilómetros de mi taciturno silencio,

o tal vez …a una mirada de coqueteo…y nada más.

 

Sí,

quien sabe estás tan cerca …que hasta te pudiera arrullar.

 

Pero estoy seguro, sí,

que ya estás…

que la espera se cumplió…

y ese largo periplo de tristeza...va apagando su efecto desolador.

 

Y cuando termines de llegar…mi abrazo más cándido…

y la más sublime de mis lágrimas…te voy a regalar.