Me pregunto para qué es todo esto,
A que nos depara tales motivos,
Si lo tuviéramos en vida lograríamos nuestro cometido,
Si a esto llamamos orgullo que sería de lo nuestro,
Cuando no se trata de ti mismo,
No es posible concretar tal motivo…
Se necesita cordura para llevar a cabo tales conflictos,
Con nuestra tristeza ni siquiera lograríamos un primer esfuerzo,
Es lo que nos detiene para librar nuestro cometido
Se necesita creer en uno mismo...
Se necesita crear un mundo nuevo,
donde la realización sea estimada,
En el cual uno demerite el egoísmo,
por una simple palabra,
Que el orgullo grite y razone,
mientras para nada será tuya la palabra...
Una de las mayores razones,
es que lo mejor viene para disponer de uno mismo,
pero que nunca fuese distinto,
quisiéramos todos lograr el mismo objetivo…
Para lograr que los hombres prosperen,
es creer en argumentos,
que nos incluyen para ser parte de una razón,
que la cordura se abraza de manera anhelada para mantener una postura,
cuando no se trata de uno mismo,
uno alcanza la sensatez fuera de la razón y llega a la conclusión…
Sin el motivo de desdén,
¿Cuál sería el motivo?,
por el cual descubrirías que no se trata de ti mismo…
Es necesario creer en lo todopoderoso,
en el poder, lo irracional o lo cuerdo en este mundo de enseñanzas,
que esto te lleva a responderte de esto se ha tratado todo este tiempo…
Que la razón se esmera ante la decisión,
el egoísmo nos arregla ante tal suposición que no podemos ver mas allá de nuestros ojos,
necesitamos mantener la cordura para lograr lo que tanto hemos querido,
lograrlo cuando siempre supimos que se trató de nosotros mismos…
Desde siempre lo sabíamos…
Que era nuestro y prolífero.