Un genio de genios te nombra mis versos,
los quince universos, también tu León.
Luchaste con alma, con arte y con ciencia
por la independencia de la integración.
«Miguel Larreynaga» se escribe en los muros
y son los macruros consignas de amor,
«¡un prócer valiente, sincero y augusto,
buscaste lo justo mostrando el honor!».
Firmaste la carta tenaz y dichoso,
que alzaste glorioso... «¡qué viva la paz!».
Y Centro América sedujo a la aurora;
la dueña y señora, perfecta y sagaz.
Tu gesto muy sabio se volvió afanado,
dejando un legado, vetusto y real.
En coro de lotos tu idea naufraga,
«¡Miguel Larreynaga llegó a la final!».
Samuel Dixon