La pena surcaba su santa frente;
con humedos ojos yo la veía.
Iba a verla cuando, ya era de día.
Madre decía, deseo me oriente.
*-*
Lo que me diría estaba en la mente.
Sentada estaba esa mañana fría.
La vi, se que usaba una ruana mía.
Siempre, y ante todo, fue la más valiente.
*-*
Ella siempre fue quien marcó mi senda.
No se cómo hacía, pero era mágica.
Hacía mucho y lucía tan bella.
*-*
Era, para mí, la más cara prenda.
Como buena tanguera era muy trágica.
Hoy le bajaría muchas estrellas.