Los poetas cargamos con una maldición que nos es otorgada junto con este don; verán a mi parecer el buen poeta no es aquel que cuenta con un léxico avanzado (aunque claro es muy útil) para mí el gran poeta es aquel que escribe con el corazón en la mano, aquel que puede hacernos sentir emociones con tan solo leerlos, hacer sentir a sus lectores lo que el poeta sintió al escribir sus versos y tomar de la misma copa de la que bebió el poeta aquella noche taciturna, por lo ya leído se entiende que es obvio de pensar que para el poeta es fácil expresarse y si, pero solo sobre el papel pues el poeta puede describirnos un nuevo mundo imaginario haciéndonos sentir que estamos hay con cada palabra que leemos; más la maldición llega pronto pues todos un tuvimos un amor y el poeta no es la excepción y probablemente ese sentimiento fue el motor de su escritura, al llegar con su amada y querer abrirse tal y como lo hace con su pluma se da cuenta de que las palabras se pelean una con la otra por salir primero de la boca y es que el poeta sobre el papel se puede expresar como ningún otro más al hacerlo de frente y teniendo las palabras precisas para el momento parece que escapan de su boca trabándose sin querer. Expresandonos en el papel más no de frente esa es nuestra maldición y don que nos fue otorgado a los poetas