Solo queda la música cuando cierra el crepúsculo
y las risas de otrora en rutina se envuelven…
Solo quedan luceros en el cielo brillando
cuando el sol de la vida se esconde entre el silencio
y la luna entre nubes incita los recuerdos…
Consciente ante las cosas, soy como el paseante
solitario en el parque, que contempla la vida
atónito entre brumas, negando la evidencia
de un escueto presente, de una realidad insolvente…
Iré a buscar las luces donde siempre han estado,
en mi propia existencia, rodeada de albatros
que, solos como el aire, se elevan en las nubes…
Y desde arriba, enhiesto, contemplaré la tierra,
superficial, ajena, interesada, falsa,
y afirmaré rotundo mi voluntad sin filtro:
nadie mueve mis hilos de Vidriera Quijote,
siempre resisto al viento como una roca intacto,
resurgiendo entre lágrimas con mi sonrisa inerme…