Amor, por las noches te llamo en
tu ausencia, y sólo me responde
el silencio frío, de la vieja noche.
Dibujo líneas torpes, en mi mente
pensando que yo pudiera materializarte
en mis manos, que frías han quedado
desde que tú no estas conmigo.
Hablo con mi almohada, y siento como
si tú estuvieras aquí, le cuento de ti, le
digo de mí; que sufro por su ausencia,
y la tristeza se ha apoderado de mí.
Amanece, y veo el alba, en su claro y bello
amanecer, una lágrima, ya se asoma
por la cuna de mis ojos, me siento morir
de pena, porque yo aún no me he resignado
a comprender de que nuestro amor, ya se murió.
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