Tú eres como un otoño dorado,
escondiendo su encanto
en la niebla de las madrugadas,
otorgando miradas en la profundidad
de su esencia solamente a ellos
que su conciencia y sensibilidad muestran.
Paulatinamente mis sentimientos de ternura,
cual rayos de sol con su calor,
la frialdad de tu naturaleza cambian,
revelando la belleza de tu aspecto,
que como un eterno embelesa cautivo queda.
en el corazón de un gran admirador.
David Thorpe ©®
El cuadro de propio pincel