Es la vida un chorro de agua
que se escapa por los dedos,
se nos escapa ligero
esa fuerza de nuestra alma;
cuando miramos la llama
noble hija, llena de fuego,
se apaga con vanos duelos,
por las cristalinas lágrimas;
intentamos encenderla
con aventuras de amor,
pero hallamos sólo cera
que del pasado quedó;
es mejor ser un crisol
una nave muy ligera...