A fuerza de decirlo
lo veo ya en mi frente,
que mis palabras suenan
a veces como hirientes
y mis acciones vuelcan
mis \"malas\" intenciones…
He sido acaso entonces
ingenuo, o inocente,
pensando en mundos blancos
quebrados en mi mente,
mientras los negros pálpitos
dominaban agrestes.
No quise hacerme fuerte,
porque débil fui siempre,
e imágenes extrañas
surgieron de repente:
sueños vanos o vacuos
de otros tiempos y seres,
lunáticos placeres,
intensos pero frágiles
como el cristal de plumas
que escondo en mis recuerdos…
Luchando entre mis brumas
consumo mis quehaceres,
sabiendo cerca el día
del fin del tiempo vano,
de la vuelta al arcano
silencio en el verano,
del retorno a los pasos
reposados, diarios,
mientras flotan, mimosas
y otoñales, las hojas
en jardines y parques…