En la alcoba del alma
el corazón sangraba
lágrimas de soledades
sobre la almohada.
Silencio estridente
en la piel solitaria,
la hiel que huye
entre el abrazo ausente.
Habitación vacía
de flores y luces,
de caricias de seda,
de sueños y estrellas.
Pintar el nombre
de la persona amada
sobre la blancura
de la sabana helada.
Dormir etílico,
mientras un gato se asoma por la ventana.
Burlándose, pavoneándose,
mientras mi vida por la chimenea escapa.