Como siempre las mujeres
son dueñas de mis poemas,
cuando me surgen las penas
se me apartan los quereres.
Me digo; no desesperes,
es que una, siempre se queda
conmigo en esta arboleda,
y no me deja en la sombra,
eso es lo que más me asombra,
suceda, lo que suceda.