Anoche ella quiso terminarle, pero ¿cómo se termina algo que nunca empezó? Y de repente, de la nada, nació la angustia, el arrepentimiento, después de que él no insistió; aceptó y respetó su decisión. Sin embargo, ella volvió a escribirle, y espero su respuesta. Soñó con su rostro toda la noche y despertó con su nombre en el pensamiento, aguardó su mensaje y mientras lo hacía se sentó a mirar una película; atenta al móvil por si sonaba y ella no lo escuchara. Y aunque ella fingía no importarle, se moría de ganas por hablarle, pero no quiso molestarlo; decidió esperar. Y cuando por fin sonó, inevitablemente sonrió, y esa tarde gris se transformó en una tarde radiante.
Pero todavía no acepta experimentar una sensación de alegría en toda ella, cada vez que le habla, pues no puede ignorarlo, le gusta, le puede. Entonces se atraganta con todo lo que quisiera decirle, y calla por pudor, buscando las palabras adecuadas, correctas, preguntas y respuestas, bromas y carcajadas hasta que le oye decirle \"mi amor\", adora oírlo y leerlo, y le parece que van por buen camino, que todavía podria aguantar, hasta que el momento indicado llegue y expresarle que lo quiere, que solo piensa y anhela que llegue el día en que lo verá; en una plaza o un parque, sentados bajo un árbol, charlando de ellos, recibiendo de su parte, besos en las mejillas, en su cuello, y otra vez sus mejillas. Hasta cerrar el encuentro con el beso mas deseado, intenso y hermoso; pues es besada en la boca, y mas tarde enredada en un abrazo fuerte.
Le gusta tanto que no comprende cómo manejarlo, siente que no tiene control sobre sus emociones, que le gana el sentimiento, que realmente no quiere que se muevan de ahí. Quiere que siga besándola, dejarse llevar por sus manos, olvidarse de dónde están. Quiere que la enamore mucho y para siempre.