Así como yo te lo escribo, así se escribe un poema.
Mira. Yo pongo la vista más allá de los horizontes
somnolientos que se obligan a morir
ante la sombra de lo imposible.
Rescato tu imagen de la inmensidad turbulenta
donde se alzan los rezos y las oraciones perdidas.
Te traigo a mi mente con un soplo
quemante, tormentoso y dulce,
y abrazo en mi anhelo la semilla esquiva
que germina el beso de tu boca ansiosa.
Para escribir un poema, te amo.
Pero mi amor no es de tinta ni papel reseco.
Es este sentimiento que invade
desde los poros hasta la médula de mi cuerpo,
y se arremolina en el remanso de tus encantos.
Para escribir un poema, pienso en ti.
Cuando te pienso, amada mía,
hay un estruendo de violetas amanecidas,
o talvez un relámpago de tulipanes matizados
que buscan tus mejillas,
y encuentran mi promesa
alzada en la vereda de una espera.
Para escribir un poema, te beso a escondidas.
Siento empapar mi boca una urdimbre de deseos
que atrapan caricias nuevas
y se alza el éxtasis esperado
que inventa una nueva eternidad
de ternura entre los dos.
Amor, aun debo esconder tu nombre
en una gota rebelde de mi sangre enardecida,
pero puedo dar al cielo mi gratitud por tenerte
y porque me has enseñado…cómo se escribe un poema.