“Ciertamente no hay hombre justo en la tierra
que haga el bien y nunca peque”. Eclesiastés
Bajo la sombra del ombú, inmenso árbol que es sólo hierba,
una muchedumbre oculta sus máculas en palabras vanas
cantando salmos y repitiendo letanías,
con aureolas desgarradas derrumbando hipocresías.
No advierten que no hay secretos escondidos, ni aún
en el más profundo e íntimo escondrijo, donde nadie llega.
Hasta en el póstumo homenaje, tan proclive a los elogios,
las faltas avergüenzan porque es sabido que nadie
ni es tan puro y sin manchas, aunque las haya amparado
en la intimidad más íntima de su alma.
Ni el ombú inmenso, ni silencios cómplices alcanzarán
para disimular la humana condición que arrastramos.
Pues sobra la soberbia y falta la humildad de aceptarnos
en nuestras propias miserias de ser hombres.
De mi libro “De esas letras pendientes”. 2018 ISBN 978-987-763-836-3