Pilar Luna

LA FELICIDAD

Parecemos vulnerables
pero seguimos inmóviles 
el rumbo de la estrella polar.
Con la respiración cortada
medimos el tiempo,
cuestionamos la normalidad,
abrimos puertas,
observamos lealtades
y descargamos amarguras.

Con la crueldad despiadada
del incierto mundo,
desmontamos el poder
y sus miserias.
Sin perder la esperanza
dibujamos paisajes oníricos
con el sentimiento,
siguiendo un camino interior
por la estela de las estrellas.

Hacer siempre lo que debes
que la libertad
nunca fue para cobardes.
Pero los errores duelen
y resulta difícil pedir perdón
a los que más queremos,
aunque sea en silencio,
en miles de plegarias
o con palabras
escritas en los sueños.
 
Y sin esperar nada
encontramos la paz.
El alma se despierta
con una candela encendida
y se abren ventanas de luz
en la oscuridad.
Llega la felicidad.