Siempre existirás en mí,
aunque el destino
pretenda separarnos.
Nosotros somos
parte de nuestro destino,
infeliz o dichoso.
Lo importante es que estamos juntos.
Nuestras almas se comunican.
Siempre, mi amor.
Existes en mí, desde nuestro primer encuentro.
Los encuentros se pactan,
se citan, se sugieren, se programan.
Pero a veces el destino,
sólo es por casualidad.
Nos encontramos circunstancialmente,
nos miramos a los ojos...
me enamoré de ti y tú de mí.
Y desde ese momento,
tu alma y la mía,
en una sola se convirtió.
Tú y yo, siempre, mi amor.
Derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto - 04/11/2013)