Jose Luis Posa Lozano

CANSANCIO NEGRO

 

Siento un negro cansancio

que me corroe el alma

que me apaga el deseo,

que me cierra las puertas;

es un cansancio fiero

que se enrosca en mi cuello

que se engarza en mi frente

coronada de espinas,

que hiere mi costado

con sus lanzas de fuego

que me ata a su madero

y en él me crucifica.

 

Es un cansancio negro

que no repara, agota;

la herida desgarrada

que mana sangre y agua,

la pena desbocada

que clava sus espuelas,

la oscuridad sin nombre

que hiela la mirada,

                               la voz que dice ¡Basta!,

el último suspiro

la mano que se agarra

a un clavo al rojo vivo,

la danza vacilante

del púgil noqueado

que siente en su cabeza

el último tañido

el réquiem prematuro,

la tumba, el finiquito

los ecos del silencio

de un panteón vacío,

 

pero aún me quedan fuerzas

pero aún me queda aliento

y arrancaré de un golpe

las sábanas del lecho

levantaré cortinas

portones y persianas

¡que la alborada borre

las sombras de mis miedos!

me pegaré una ducha

de escarcha frio y hielo

y saltaré a la calle

como un león en celo

¡jamás el derrotismo

Anidará en mi pecho!