Eres lo que más yo quiero,
dulce niña consentida,
eres dueña de mi vida,
el más hermoso lucero;
eres lo que más yo quiero
tú mi vida la iluminas,
por la forma en que caminas,
con obsesión, desespero;
en las noches diario sueño
que tú estás cerca de mí,
y muy grande es mi duelo
al recordar que perdí
mi más auténtico anhelo
que logró hacerme feliz...