No pronuncio mi verbo para alabarte,
ni separo mis párpados para contemplarte,
no se agacha mi cabeza para adorarte,
ni se cierran mis ojos para soñarte
Te equivocaste conmigo, inseparable,
al creer que bajo el sol me consumías.
Sentado sobre mi anuario me afligía,
al mirarte poderosa, radiante y ufana.
No te excites conmigo, melancolía,
mostrándome tu rostro egoísta,
ofreciéndome verdades como quimeras,
con semblantes amenazantes de diosa altiva
No creo en tu aroma de flor divina.
Ni en tu suavidad de mariposa alada.
No me estremezco ante ti, deidad malvada.
Ni te entrego mi voluntad cual pluma y ala.
Llévate tu gozo y tu tormenta,
suspira tu canto en otra arena,
yo haré mi voluntad, aunque no quieras,
y gritare mi amor, en las alturas.
Perdóname,
no te enojes conmigo melancolía
Ilumina tu abismo amiga mía,
para otro ser que se hunda en lo profundo.
Yo saldré a volar cual mariposa,
para mostrarte mi voluntad y mi energía.