Sierdi

DESAMOR DEL POETA

 

¿Es posible, que exploten, dos almas?

Que publican un amor, sin tormentas.

Si el amor puro, el tifón no acrecienta.

Es sereno, calmo, de harmonía mansa.

 

Donde no sé, si el regocijo, era cierto.

Aunque, eran florecientes las rondas.

Había, dulces peras y agrias toronjas.

Ahora, el camino, es oscuro e incierto.

 

Desperté solitario, en un triste desierto.

Sin beber, de sus agridulces y tibios besos.

Despoblaron, de su piel, mis traviesos dedos.

Hoy lanzo mil miradas, sin encontrar, acierto.

 

Es irónico, si el poeta, es señor de sus versos.

Y tiene el pleno dominio de su imperio.

No pueda cambiar su historia, su misterio.

 

Sería dichoso, que la ajuste, como le plazca…

Pero, que diría, cuando la monotonía nazca.