Recorriendo a veces un camino amargo.
aunque pierda la razón y camine como un vagabundo,
a pesar que las hojas se vuelvan marrones,
sin embargo quiero poder amarte más.
Llueve con fuerza mi corazón por amor,
eso no impide que vivas en mi alma,
aunque que en mis ojos nazcan telares de ilusiones,
pronto las tristes campanas, sucumbirán al eco de los vientos.
Vacío y rechazado por los relojes del silencio,
me pierdo en el canto de las gélidas atalayas,
razón se humedecen las pocas palabras de mi poesía.
Hay demasiada sombra en mis visiones,
como rayo de luna en un obscuro río,
no quiero ser el pregonero sutil de las auroras.