EHUR OHR

Se fue...

 

Se fue…sin querer irse todavía…

él se ha ido,

y se perdió detrás del impávido ocaso.

 

Desapareció tras el crepúsculo profundo…

después de una larga noche de ansiedad,

se desvaneció tras la espesa bruma del desconcierto.

 

Y fue arrastrando la angustia de ese repentino adiós…

que nadie tuvo previsto.

 

Jamás se pudo advertir tan inesperada despedida…

tan apurado traslado.

 

Sin dar tiempo ni siquiera a preparar el equipaje

para aquel largo viaje…

se marchó…

y emprendió su impensado éxodo al infinito.

 

La sombra más negra apareció súbitamente…tan de repente,

y sin dar explicación…así…autoritariamente,

sin presentación alguna…

tomó posesión y se convirtió en siniestro.

 

Sin saludar a nadie…

la aflicción se fue colando hasta los huesos,

y ha usurpado la cordura…

empujando a la razón…

al borde de la locura.

 

Sin haber dado motivo…

la angustia se apoderó de la memoria…

y en el pecho los latidos dejaron de suspirarle a la luna…

apagando su corazón repentinamente…

a pesar de tener tantas ganas de palpitar…

quizá…como nunca antes.

 

Y allí, en aquel escenario de espanto

con la desesperación sin control,

con el ambiente vistiendo su tétrico traje…

en la más inhóspita desesperanza…

abrazado de la confusión…

y en medio de una tormenta de llanto

se dejó sitiar por lo irreversible…

y cayó en los brazos de la impotencia.

 

Que noche tan aterradora y desesperante,

que dolor tan indescifrable e insoportable,

cuanta amargura rodea el alma …

cuanta pena anda divagando por el silencio,

y que ganas de no volver a ver atrás…

para evitar la crueldad de la última imagen.

 

El cielo hoy, se ha dejado convencer de la tristeza…y llueve,

y se ha cubierto de un manto purpura…inconsolable.

 

Se puede percibir el aroma a incertidumbre.

 

Ya es notoria tanta ausencia saturando la soledad.

 

Se puede advertir el agotamiento en la mirada.

 

Ya las risas se apagaron,

se han borrado los gratos instantes de elocuente algarabía.

 

Solo queda un gran vacío…

anegando los rincones de esta nada.

 

Los colores de tu faz se velaron…aquella noche brutal de tu partida.

 

Fue un momento atroz que dio fin a la fiesta de la vida.

 

Él se fue…se marchó hacia la luz…

y nos ha dejado consternados en la tenebrosidad de su ausencia.

 

Él se fue…y solo queda…

el imborrable recuerdo de su sonrisa.