Nan

Viento de cuaresma.

La llama en la lámpara

Pendiendo del techo

Desprendía finos

Hilillos de humo

Y en tenue reflejo

Servía de lumbre

Al recinto oscuro.

 

La anciana en su hamaca

Entre lumbre y humo

Hundida en su lecho

Con sus dedos tiesos

Contaba las cuentas

De un rosario viejo

Y entre cuenta y cuenta

Rezaba en voz baja

A su Dios del cielo

 

Y en aquel momento

Unida al silencio

Ardiente la llama

En su parpadeo

Pintaba en el suelo

La forma encorvada

De la anciana, el cuerpo.

 

Al fin pareció

Terminar su rezo

Persignó en cruz

Su cara y su pecho

Recostando a un lado

Su cansado cuerpo

Buscando conciliar

En la noche el sueño.

 

Afuera se oían

Las voces del viento

Silbando entre ramas

De cujíes viejos

Levantando bosta

De corrales secos

Soplando y soplando

Sin perder aliento

Mientras en la alcoba

La anciana acostada

Y la llama en el techo

Mostraban su inquietud

Al alud de viento

 Todo se calmo

tan solo un momento

y al sacro recinto

lo invadió el silencio.

 

En la noche oscura

Llena de misterios

Un ave cantaba

Soportando el viento

Empollando un huevo

Al calor del pecho

Mientras el espacio

Observaba quieto

Con ojos distantes

Inertes luceros.

 

Allá en el fogón

Debajo en el suelo

De un blanco velón

A las animas puesto

Oías a ratos

Un chasquido lejos…

Serían las animas

O sería el viento

En su eterno juego

Buscando sosiego

 

Viento de cuaresma

Que arrancas las hojas

De montes sin riego

Que bates el polvo

De caminos viejos

Que mueves cerrojos

Crujiendo maderos

Que silbas al paso

De viejos aleros

Y agitas el pecho

Rompiendo los sueños

En la noche larga

La anciana sintió

Entrar en sus huesos

Aquel frio intenso

Envuelto en el viento.

 

Viento de cuaresma

Que azotas mi pueblo

Con fuerzas extrañas

Llenas de misterios

Y que en viernes santo

Entre los más fieles

Despiertas el miedo

Viento de cuaresma

Solo es un recuerdo.

***