Nestor Varela

A veces el silencio dice más que las palabras

Si me notas algo ausente,
con la mirada perdida o
divagando entre las cosas
cotidianas de estos días,
en realidad, mis silencios
son voces calladas hablándote al oído,
nostalgias que te respiran
entre el arrullo de hojas
que se mecen al borde
de mis pensamientos
hechos de blandas nubes
en que te siento alejarte,
porque este silencio
lleno de voces
me puede más, a veces,
al borde de los ojos,
pero lo disimulo bien
en el cansancio del día,
en ese vacío del pecho
que pesa como el insomnio
en una oscura habitación 
que el día no ilumina.

Tal vez la lluvia,
tal vez el frío crepuscular,
quizás la luna nueva
describan mejor tu ausencia.

Quédate,
quédate en mis ojos
mientras los tuyos
recorren un rumbo nuevo,
quédate en mis oídos 
como la palabra vida
cuando así me nombras,
quédate en las noches
junto a mí,
aunque tal vez me percibas
solo como un viejo recuerdo,
abrázame en la sombra
mientras te alejas,
que mi alma en realidad
no sabe de vivir,
pero he sentido
profundamente
el amor contigo.