No tengo el control,
Mis pensamientos como generales resentidos,
Mi boca como instrumento de daño,
Mis palabras como flechas que hieren,
Apuntando a la dueña de mi corazón.
¡Se ha robado nuestro corazón!
Gritan los generales con temor disfrazada de rabia,
Mientras buscan formas para que sea regresado,
Pero con el terror de que suceda,
Necios son mis generales,
Que solo buscan el poder de nuestro amor.
Perdamos la batalla con honor,
No quiero una gloria triste,
Caeré con felicidad ante ti.