Gerifaltes sobornados
que designan una sede
con la vulgar excelencia
del calor de sus billetes.
Y en el fuego del desierto
se producen seis mil muertes
construyendo los estadios
entre obreros indigentes.
Se conculcan los derechos
de los gays y las mujeres
limitando libertades
con lo rancio de sus leyes.
Ten cuidado y no rebatas
lo que ordenan cuatro jeques,
que en la cárcel más atroz
por impío, que te meten.
La vergüenza de un mundial
celebrándose en diciembre
porque miran a otro lado
sus corruptos dirigentes.
No habrá fiesta futbolística
que blanqueé que en oriente
lo postrero es el deporte,
lo primero, sus placeres.
Un mundial en el que prima
el dinero es indecente,
mas si España lo disputa
que lo gane por su gente.