Te busque en la silueta del humo de un cigarrillo, y te encontré en el recuerdo de un café y un cigarrillo, en un rincón de una confitería, cada vez que vuelvo, me siento en la misma mesa, y miro por la ventana, invocándote en mi pensamiento, para ver, si pasas caminando por la vereda.
Es solo un segundo nada más, verte pasar nada más, para disfrutar de tu figura, no pretendo decirte nada, ni siquiera llamar tu atención, solo es recordarte y revivir esos días juntos. Creo que todavía te siento, te siento tan fuerte dentro de mí que no se si es que puedo olvidarte, solo creo que son tus caricias, y me volví esclavo de ellas. Tal vez debo confesar que estoy enamorado de tí, pero me he liberado de ese amor sagrado que con el tiempo se volvió distinto. Tu sonrisa se volvió amor en un mundo nuevo y no puedo acercarme a ti, será el destino que no conspira a mi favor, o tal vez es la soledad que hace muchos años en la que vivo, que me tiene secuestrado por mis miedos.
Los miedos me siguen a todas partes, y morir de celos, es la locura que no entiendo, ya que sos de otro y el sol me ha explicado que en el amanecer, ya tienes otro amor.
Soy un corazón herido que se desangra por volver a empezar, y el dolor me consume, entre los días que pasan sin saber que hacer, sentado en un rincón mirando tu foto, pensando todo lo que nos hemos jurado y sufro por tu indiferencia. Ya no me duelen todos las cosas y palabras que no puedo decir, solo floto en el airee y suspiro ese amor que se fue en el humo de un cigarrillo, y un amarillo.
Pensar es parte de una osadía del rencor que tiene el espasmo después del adiós y tratar de vivir mejor, pero la esencia es el dolor sublime entre el adiós y el hoy como rememorar, la profundidad de los besos y caricias.
Esperando los días del rechazo entre mensajes y poemas dedicados al amor del recuerdo que no tienen la especie y no es la melancolía es el amor.
Tratar de decir adiós es crecer entre lo cotidiano y vivir el presente con lagrimas, pero también es superar el olvido entre horas del ayer y segundos del mañana, entre la rima que duerme en mi corazón y desorden de mi pensamiento como un eclipse de sol, que duerme entre la luna y mi alma, por no tenerte.
Los escritos mas llorones no hacen la poesía sino la realidad de tu versos que fraguan en las cenizas del fuego que quedó en el presente del ayer.
Sigo la osadía del hoy entre la rima que no cuerda con mi presente, por testarudo y elegante de no absorber una declaración como plegaria de la impresión, cunado no se te ocurre nada al escribir o describir el amor que te sacude como un terremoto en los fantasmas de las caricias que pasaron.
Hoy te necesito….