Heme aquí, con este grito de reclamo
Por las constantes perdidas
A las que los dioses que no existen me someten
Tu muerte es mi muerte
Me dueles; en los ojos, piel y todos los huesos
Me dueles en los días en tu compañía
Hoy y mañana que continues ausente
Te busco en los cuatro puntos cardinales
Más no encuentro si no oscuridad
Toda esta niebla que divide mi vida de tu muerte
Me abruma y me orilla a una deseada locura
Me dueles en la cotidianidad, en la poesía, en la música
Quisiera reconocer tu muerte como tu hija;
Con inocencia, tranquilidad y ternura
Bastarda la mano que te presentó la muerte
Bastarda la muerte por verte a los ojos
Hoy me partí por mitad
Una mitad fue asesinada contigo
Y la otra está aquí, con este grito de reclamo