Aceradas órbitas
(Taladros del alma)
buscan con impertinentes
la nulidad del vacío.
Muros de escarcha,
(Pantallas de la memoria)
resbaladizos a la curiosidad,
desdeñan
la nada.
Mientras que,
ojivales arcos
de
neuronales espejismos,
balanceando las iris
en nieblas de esperanza,
avistan…
el desengaño.