Aquel pequeño halo de luz
en mitad de la oscura tormenta,
aquella luz lejana
que persigo permanentemente
al nadar contra corriente
en el mar de tu vientre.
Aquella esperanza que no se toca,
la esperanza medio loca
que sale impertinente por la boca
y entre amapolas se desboca.
Aquella canción que canta muda,
perdida en la bermuda.
De la melodía su desembocadura
en el viento se perdura.
Aquella manta que es la noche
que desprende todo derroche
mientras desabrocho el broche
Y tu rincón oculto descorche.