Leoness

Llevo en mi semblante, ¡amor!

Llevo en mi semblante, ¡amor!,

el ramo de flores que te prometí,

mi querida Marquesa amante,

de promesas que juré junto a ti

 

Deambulando entre cipreses,

recios podios de la inmortalidad,

jabalinas de penetrantes evocaciones,

laceran helio aqueste estrato espectral

 

Cumulonimbos borrascosos, ascienden

sobre la tumba inerte y vacía, blanca;

indeformable estructura fantasmal

recuerda nuestro profundo amor, abisal.

 

Ya las marchitas flores de antaño

la imagen no volverán a entintar,

la misteriosa  ansia agazapada

de aquella pasión exterminada

 

Fue lo que fuimos trasmutando

en aquel jardín del amor secreto,

y con mis parpados aún abiertos

estaré recitando, el Canto del arpista.