¡OH… RUTINA QUE LLEGASTE!
La rutina nos invade sin aviso
respira con nuestro aire sin permiso
y ese aire se vuelve opaco
por el hastío y el desgano.
La noche exhala palabras huecas
y la piel respira sin letras,
la lluvia es solo un pobre goteo
que no trae emociones de recuerdos.
Cuando la rutina se adueña…
apaga lentamente los sueños
nos aleja de los intentos
ahoga las ilusiones
desconecta la esperanza
amputa expectativas y deseos
mueren algunos secretos
mutila el entusiasmo inquieto
destruye la magia del momento.