Reconfortante es, ver gente sincera,
trabajadora y bien intencionada,
con conversaciones sencillas que;
sin complicaciones, deleitan el alma.
Cantantes poetas, alabando a Dios,
ovacionando al amor y la esperanza;
amo a esa clase de personas:
caras transparentes y felices;
listos para el trabajo y agradeciendo
lo bueno y malo de su existencia;
amando vivir y respirar cada día.
Aspiro del campo el olor a caña,
recorro con mis ojos esos caminos
pintorescos de colores brillantes,
mientras el autobús va lentamente.
Es lo auténtico lo que me conquista;
siendo uno mismo sin farsas ni poses,
viviendo en paz el uno con el otro,
sin olvidar agradecer al Todopoderoso.
Esa es la gente que amo…
me recuerdan a mis padres y abuelos;
por ellos daría la vida entera…
Es ahí donde la honestidad es luz,
las horas son un trabajo compartido;
y las sonrisas iluminan al cielo mismo.