Si muero de amor,
si muero de sed,
por tus ojos de lirios,
por tus pechos y fe.
Si muero de día,
si muero después
de un beso no dado,
de un mirar al revés.
Si muero en tus labios,
sin morder ni beber,
el agua que corre
y el aroma de ser.
Si muero en tus brazos,
en tu cuello de miel,
moriría muriendo
para quererte otra vez.