Si miro al cielo
te veo entre las nubes
con tu sonrisa.
Eres el sol
y el día que ilumina
mis sentimientos.
Eres la luz
que llega hasta mi alma
y la ilusiona.
Si miro al mar
te veo entre las olas
y las resacas.
Eres la paz
y, a veces, la galerna,
que necesito.
Tú me trasformas
y animas, a que viva,
intensamente.
Si miro y busco
los sueños en mi alma,
te veo a ti.
Y es tu sonrisa,
en cielo y mar unidos
con sus caricias.
De ellas consigo
el néctar y el embrujo
para entregarte.
¡Tú eres, amor,
la eterna mariposa
con que he soñado!
Rafael Sánchez Ortega ©
20/11/22