Amanece
y me sorprende el día
en total desvelo
sin haber dormido
y en confuso remolino
los pensamientos
se disputan la primicia...
Añorando tus caricias
me acurruco entre las sábanas
mi piel te evoca y te extraña
mis ansias locas de tenerte
me interpelan y reclaman...
Amanece y la distancia
entre tus besos y mi boca
me arrebatan los suspiros
y deliro imaginándote
aquí conmigo
llenando con tu luz
mi cuarto lleno de tinieblas
y la niebla de mi mente se dispersa...
Amanece y sólo queda la certeza
de tu amor que me libera
y la espera, aunque eterna
se aliviana
porque sé que habrá un mañana
contemplando entre los dos
otro nuevo amanecer
en la ventana...