Parte la noche veloz, el alba vuela,
crece un rayo de luz bajo su alfombra;
juega el Supremo Creador con Su acuarela,
nace un fantástico alud; se va la sombra.
Como un torrente que oculta una cajuela,
fluyen tintes y luz cuando Él les nombra
y comienzan a cambiar con diestra escuela
la inmensa oscuridad en pastel que asombra.
Rojos, naranja, y gualdos fantasía
plasman gamas de fúlgida esperanza
en móvil lienzo de espléndida armonía
Así, con soplo sutil de efímera poesía
Nuestro Padre Celestial, en lontananza,
!cambia con perfección la noche en día!
Fabio Armando Urrego Valderrama