Los domingos en mi pueblo
Son existencia vacía
Sus habitantes ausentes
Una estela de tragedia
Dejaron en su huida.
Ya no habitan en la plaza
De los domingos en mi pueblo;
Encantadoras muchachas
Hemosamente ataviadas,
Con sus trajes de colores
Y sus caritas sonrojadas.
Ni siquiera traviesos niños
Ruidosos o mal portados
Correteando en jardines
En plazas y explanadas.
Ni una sola señora
Presurosa o afanada
Llegando tarde a la misa
De los domingos, en mi pueblo.
Tampoco alegres compadres
Con sus mulas enjalmadas
Trajendo maíz o frijol
O fruta, o cuajada; al merdado
Mañanero. En los domigos de mi pueblo.
Solo quedan presentes
En sus calles polvorientas
Algunos perros vagabundos
Y fantasmas que se lamentan.
En lo alto del monte
En las tierras de labranza,
En los bosques de coniferas fragantes
Y en los páramos de condores reales.
En tierra de osos de anteojos
Y de pájaros cantores
De agua pura y fresca
Y de hombres labradores.
En una noche sin luna
El terror y la barbarie
Arrebató de su cuna
La vida,la paz y la esperanza
Convirtiendo en domingos;
Todos los días en mi pueblo.
Martha Patricia- De un domingo cualquiera.