Viento que recorres las entrañas
de mi alma que se halla en el quebranto
tragándose la sangre y los suspiros,
dejando en mi memoria confusiones.
Confusiones que rasgan mi cabeza
arrastrando mi cordura a todas partes,
incluso, a la locura de la vida...
mostrándole los huesos de la muerte.
Viento que bañas con olas
mi todo y mi nada
dejando incrustada y sin cordura
la luz de un día nublado en mi alma.
Espuma que entras gota a gota por mis poros
limpiando mis paredes sudorosas
y toda la escisión de mi existencia;
digamos que mi infancia es juventud,
digamos que vejez mi muerte nueva.